Futuro incierto
Freddy Sánchez jueves 2, Feb 2017Precios y desprecios
Freddy Sánchez
¡La luz al final del túnel es lo que uno desearía encontrar sin mayor tardanza en un afán de reconciliación entre el gobierno de México y el de los Estados Unidos.
Aunque, difícil resulta saber cuán largo y tenebroso puede ser ese túnel.
Por eso hay que estar preparados en caso de que no retorne pronto la armonía frente a la discordia y sea menester pasar de las palabras a los hechos.
Hacer más que decir pues.
Igual que el señor Trump lo hizo, entre otras cosas, con la orden ejecutiva para la construcción del muro fronterizo, un recorte al presupuesto para la ciudades santuario, además de prohibir el acceso a la Unión Americana de visitantes no gratos para su gobierno.
Y es que el presidente norteamericano no sólo ha dicho sino ha hecho y eso exige a nuestro gobierno asumir la defensa de los intereses nacionales amenazados por los actos que prosiga realizando el vecino del norte. En especial si se declarara abiertamente una embestida norteamericana contra México.
Qué hacer entonces ante ese eventualidad.
Es imperativo y necesario tener una respuesta inteligente y creativa para contrarrestar las acciones de Trump y debe ser algo mucho más contundente y efectivo que enarbolar la bandera nacional en las redes sociales.
A un personaje como el presidente de los Estados Unidos no se le puede hacer frente con despliegues de patrioterismo.
Así que urge definir qué actos de gobierno deberán emprenderse si mister Trump no le baja a su temperamento hostil y atrabiliario con el ánimo de imponer arbitrariamente su voluntad.
Baste recordar al respecto lo que el propio mandatario de los estadounidenses escribió en un libro sobre la forma en la que suele negociar con sus adversarios.
Palabras más, palabras menos, afirmó que le gusta provocar porque cuando se enfrenta a un débil lo aplasta y cuando trata con un fuerte lo respeta y se dispone a negociar.
Más claro ni el agua: en los tratos a convenir con el “Tío Sam” (que hoy está representado por un individuo rudo con desplantes de golpeador), el gobierno de México tendrá que levantar la cabeza y de ningún modo enterrarla como la avestruz pretendiendo ilusamente que amaine la tempestad.
Por lo tanto, hay que estar conscientes de que una capacidad de defensa fuerte, disuade las agresiones, mientras que una capacidad de defensa débil las estimula.
En ese contexto vale la pena retomar las palabras del ex presidente Calderón respecto a lo que México debe hacer frente a las acciones del gobierno norteamericano, mencionado la imperiosa necesidad de recurrir a lo que catalogó como tiros de precisión.
O sea hallar la forma de reaccionar con medidas eficaces que logren refrenar los intentos impositivos del señor Trump ante lo que hoy por hoy en la relación con los Estados Unidos dibuja en el horizonte un futuro incierto.